domingo, 12 de mayo de 2013

Los Santos Inocentes



Cuando Azarías ahorcó al señorito por haberle matado a su Milana bonita se hizo, por un instante, la luz en mi corazón. Poner la otra mejilla es el acto más cobarde, egoísta y desleal que se le puede brindar a las generaciones venideras.

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